jeudi 27 août 2015

Fernando Llorente, el paradigma del moderno Athletic Club

REVISTA LÍBERO.- Para cualquier aficionado a la LigaBBVA que no sepa colocar en el mapa Lezama, Ibaigane o San Mamés resulta incomprensible que Fernando Llorente, uno de los mayores talentos de la cantera del Athletic Club, haya elegido el Sevilla para su vuelta a España. Su salida y su retorno a otro club que no sea el Athletic inauguran una tercera vía en la complicada historia de la cantera del Athletic, un club que compite en la élite sólo con jugadores procedentes de Euskadi o con familiares directos de la tierra.

Para analizar la situación hay que retroceder a 2012. Marcelo Bielsa entrena a una de las mejores generaciones de las últimas décadas del Athletic. Gracias a fichajes de jóvenes jugadores y al cuidado de la cantera el club consigue llegar a dos finales, cosechando los mejores resultados en varios lustros. Iraola, Amorebieta, Iturraspe, Herrera, De Marcos, Muniain juegan un fútbol espectacular elevado a gran nivel competitivo por dos estrellas: Javi Martínez y Fernando Llorente. Al término de la exitosa temporada, en junio de 2012, las dos figuras anuncian su intención de marcharse.

Ambos tienen ofertas de media Europa y el club, como tantas otras veces en los últimos 30 años se vio obligado a explicar que para la directiva del Athletic y sus aficionados no hay nada más grande para un jugador vasco que vestir los colores rojo y blanco. Difícil de entender para un equipo de pasado glorioso, pero que llevaba 30 años sin abrir las vitrinas. Pero una razón cristalina para la afición cuyo sentido de pertenencia con el equipo de fútbol de Vizcaya es casi religioso. Las intenciones de Javi Martínez (navarro) y Fernando Llorente (riojano) desatan un debate en el club. Líbero decidió acudir a Julen Guerrero, la última estrella bilbaína que rechazó todo tipo de ofertas por seguir en Bilbao. Sus explicaciones son diáfanas: “Vizcaínos que se hayan querido ir del Athletic no hay tantos”.

-Eres muy crítico entonces con casos como el de Javi Martínez.

-No es que sea crítico, soy realista. Has ido a Osasuna y has pagado la cláusula, ahora se va y pagan la cláusula. No es que sea del Athletic, supongo que ahora tendrá su corazón del Athletic, pero ha estado muchos años en Osasuna y habrá sido fiel. Ha decidido que quiere evolucionar, lo hizo en el Athletic y lo ha hecho con el Bayer. Es legítimo. No hay que asustarse. No sé si era de Osasuna o de otro equipo. Le echó narices al venir, aunque supongo que le harían un buen contrato e iba a Primera División. Y ojo que su rendimiento ha sido excelente.

-¿Y Llorente?

-El club decidió que no vendía y es legítimo. Pero una vez decidido eso es un jugador aprovechable. Es más, los dos o tres goles de los últimos partidos dieron la tranquilidad al equipo.
Como explicaba Guerrero, la directiva del exjugador Josu Urrutia declaró la guerra a Llorente, el buque insignia de su equipo, el jugador al que el club pagaba cifras astronómicas, similares a las que le ofrecía la Juventus, pero que no podía ofrecerle lo que pedía el jugador: ambición deportiva. Josu Urrutia, Lekeitio (Vizcaya, 1968) entró en el Athletic Club siendo un niño y jugó en San Mamés desde 1988 hasta 2003, no conoció otra camiseta, otro vestuario, otros compañeros. La falta de entendimiento fue total y Llorente, que había elogiado los métodos de Bielsa (“le escuchas y piensas, qué bueno es”, declaraba en una entrevista de 2012) se pasa un año en blanco en el que el Athletic sufre mucho para mantenerse. Llorente es repudiado por la afición que toma partido por el club. Y Llorente calla y espera paciente su último año de contrato, ajeno a las consecuencias afectivas de marcharse de un club que le acogió desde los 12 años.

Tras dos años en Turín, en los que otros jugadores como Ander Herrera (fichado adulto al Zaragoza) dejaron el club sin grandes polémicas, Llorente sale de Italia. Por primera vez un hijo pródigo de Lezama termina su aventura fuera de Vizcaya y no vuelve al nido como hicieron Alkorta o Karanka tras su paso por el Real Madrid. Nadie, salvo Javier Clemente, le reclama para el club y él mismo se marcha al Sevilla para jugar Champions League. Es un jugador moderno, de los nuevos profesionales del deporte de elite que cambian de club en busca de éxitos personales. Nada extraño para cualquier equipo pero casi imposible de admitir en Bilbao.

¿Convierte por tanto el caso Llorente en víctima al Athletic y en mercenario al jugador? En absoluto y para explicarlo Líbero acudió a otro gran bilbaíno de respeto como es el periodista Santiago Segurola que aportó en Líbero la siguiente explicación al respecto de las contradicciones del Athletic en una charla con el periodista Luis Miguel Hinojal.

-Escribiste que el Athletic tiene una histórica inclinación a hacerse trampas al solitario.

-Segurola: Más que trampas es que el Athletic es producto de una ficción, vamos a decirlo así. La gente considera que ese sentido de pertenencia es decisivo para la supervivencia del Athletic como equipo, como institución. Es decir, todo el mundo está absolutamente entregado al Athletic, pero la gente y el periodismo se han mentido a sí mismos. El Athletic se benefició de muchas reglas que ahora serían intolerables, como el derecho de retención, que favorecía al club. Cuando se ha abierto el mercado se ha visto que muchas de las principales piezas del Athletic se han ido del Athletic. Zubizarreta, Ferreira, Julio Salinas, Alkorta, Eskurza… ahora Javi Martinez y Llorente. Siempre se decía que ellos no querían marcharse, pero que el Athletic pasaba por dificultades y tenía que hacer caja con ellos porque no le quedaba más remedio. La realidad es que la inmensa mayoría de ellos, y creo que están en su derecho, querían cambiar de equipo por razones profesionales y por conseguir mayores logros deportivos. El año pasado se estableció claramente que el Athletic no iba a vender y que el que quisiera irse lo tenía que decir. Y lo dijeron por ese orden Javi Martinez, luego Llorente y después Amorebieta. Eso ha generado un trauma porque la gente se ha dado cuenta de que esa idealización que tenía del club como máximo objetivo de los jugadores de nuestro entorno, se ha roto. Es así, en ese sentido somos un equipo pequeño con ideales grandísimos y con expectativas máximas. Pero digamos que lo que ha ocurrido en el último año sería como descubrir que los reyes son los padres. Y sobre trampas al solitario también hay que reconocer que hemos vivido mucho de otras canteras, como la de la Real Sociedad o la de Osasuna. A mí me parece mal. Creo que el Athletic se ha desentendido de Lezama y creo que quizás ha habido hasta negocios muy golosos. Es muy decepcionante para un hincha del Athletic saber eso, pero si uno acude a Lezama se da cuenta de que hasta físicamente es una ciudad deportiva en muchos aspectos muy deteriorada y descuidada. De ahí el problema del pasado verano entre el entrenador y la directiva, que fue tremendo. El entrenador, que venía de 12.000 kilómetros de distancia, se vio de frente a una mentira. Y es que la famosa Lezama era una de las ciudades deportivas más deterioradas de todo el fútbol español. Eso fue un signo de confrontación, porque Bielsa quería unas instalaciones a la altura de las mejores. Es más, el Athletic necesita más Lezama que ningún otro club. El hecho de que haya tan pocos jugadores vizcaínos y tantos jugadores procedentes de Guipuzcoa o Navarra tiene que ver con un mal desarrollo de Lezama. Club de la cantera, sí, pero a veces con muy poca cantera.



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