REVISTA LÍBERO.- La infanta Elena y su marido el duque de Marichalar acudieron al recién estrenado palco donde saludaron con un ramo de flores en la mano. Era 1 de febrero y hasta la familia real tenía un ojo puesto en la romántica Soria. Qué mejor plan que ver al equipo de moda del fútbol español, el Numancia. Aquel mes de febrero de 1996, el fútbol se volvió completamente loco. Un equipo semiprofesional de la segunda división B de una ciudad de 35.000 habitantes había tumbado a tres equipos de Liga BBVA y resistía la ida ante el FC Barcelona de Johan Cruyff. Hoy juega el Barça la Copa del Rey contra el Villanovense en Badajoz. Imposible olvidar al Numancia de Lotina.
La primera ronda de aquella increíble Copa del Rey la jugó el Numancia contra el San Sebastián de los Reyes. Vendieron 48 entradas en el viejo estadio de Los Pajaritos. Pasaron y les tocó la Real Sociedad de Karpin y Craioveanu. Eliminaron a los donostiarras después de una tanda de 20 penaltis. Acababa de empezar algo grande. Después de ese Primera cayó el Racing de Santander y el Sporting de Gijón. Partidos épicos en Soria y defensas heroicas a domicilio.
El equipo del joven Miguel Ángel Lotina ocupó todos los informativos en cuanto se supo que en los cuartos de final se enfrentarían al FC Barcelona. Aquella gesta inventó algo que luego veríamos repetidamente años después pero que en aquella ocasión era una auténtica novedad. El club aumentó el aforo de su estadio con gradas supletorias, reformó los vestuarios con azulejos y goma para los tacos de aluminio e incluso remodeló un palco para la infanta. El Numancia protagonizaba una hazaña increíble. López Nieto arbitró el encuentro. Guardiola, Prosinecky y Figo contra Movilla, Barbarin, Chuchi Cos y compañía. El resultado obedeció al mejor guión: empate a dos y El Mundo Deportivo titulaba: ‘Terremoto‘.
La vuelta el 14 de febrero continuó el guión marcado por esta maravillosa comedia. El Numancia era un fenómeno viral sin Facebook y una marca de pastillas estimulantes contra la impotencia, Tauritón, anunció un patrocinio con el club soriano. Pusieron el logo en la camiseta pero a última hora se cayó el acuerdo. El centrocampista Raúl Ruiz, que desde entonces se convirtió en un redactor de deportes de Canal Plus, improvisó los nombres de los jugadores con un rotulador. ¿Suficiente? A los 6 minutos, el delantero Barbarin ponía el 0-1 en el Camp Nou batiendo con un golazo a Busquets. Busquets padre, para los menores que están leyendo este texto. Al final 3-1 y pasó el Barça.
Aquel equipo dejó un futbolista de elite como Movilla, un comunicador espléndido como Raúl Ruiz y un entrenador que ascendió al Numancia dos categorías y lo dejó nada menos que en Primera. Miguel Ángel Lotina fue el protagonista de una historia impresionante.
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