jeudi 27 août 2015

La enfermedad de Ménière, una piedra en el camino de Carlos Soria

@RetoCarlosSoria.- A sus 76 años, Carlos Soria se ha convertido en el alpinista más famoso y reconocido de nuestro país, y motivos no faltan para ese reconocimiento. A su edad, el alpinista abulense es un ejemplo a seguir por los valores que defiende, pero especialmente por su afán de superación que le han convertido en un luchador nato en todos los aspectos de su vida.

Son muchos los logros y hazañas llevadas a cabo desde que empezó en el mundo de la escalada a la edad de 14 años. Puede decirse que lo suyo es una pasión emblemática. Su entusiasmo es un ejemplo práctico de vitalidad y gran estímulo para miles de personas de todas las edades. Y no solo porque a los 76 años Carlos Soria siga practicando montañismo, sino porque padeció la enfermedad de Ménière, pudiéndole costar la pasión de su vida.

El año 2005 fue un año fatídico para el abulense. Una caída mientras escalaba el peñón de Ifach, en la provincia de Alicante, le produjo un pinzamiento en la espalda, lo cual le dificultó seguir entrenado y albergando éxitos y por si fuese poco, en ese mismo año, padeció el síndrome de Ménière.

Muchos desconocerán la existencia de esta enfermedad y los síntomas que presenta. Para poder entenderlo mejor habría que remontarse a 1861, cuando el médico francés Prosper Ménière la describió por primera vez. Se creaba así la primera relación entre un problema del oído interno con el origen de una crisis vertiginosa.

Esta dolencia afecta a la parte más profunda del oído y puede ser causada por una excesiva presión del líquido contenido en el laberinto del oído interno. También se baraja que otras de las causas puedan ser lesiones en los nervios o en el sistema nervioso central. Esto hace que los síntomas afecten tanto al equilibrio como a la audición, apareciendo en forma de crisis. Se estima que cada año unas 100.000 personas desarrollan esta enfermedad.

El diagnóstico no es sencillo, pues se trata de una afección poco conocida y el pronóstico es también bastante anómalo, debido a que a menudo los síntomas desaparecen de forma espontánea sin que vuelvan a repetirse, independientemente de si hubo tratamiento o no, persistiendo de por vida una hipoacusia en el oído afectado. Otra de las consecuencias negativas de la patología es la pérdida de audición que se manifiesta después de cada episodio de vértigo.

Este extraño síndrome pudo estar detrás del suicidio del célebre pintor Vincent Van Gogh. Quienes lo padecen apuntan a la distorsión de las imágenes, de forma similar a las figuras que muestran varios lienzos del pintor neerlandés. Así lo indica también el trabajo de investigación de 796 cartas personales que llevó a cabo la revista americana ‘Journal of the American Medical Association’. Este estudio dejaba ver “un hombre con permanente control de su razón que sufría graves ataques de vértigo incapacitantes y repetitivos”.

Afortunadamente Carlos Soria consiguió vencer esta dolencia. Los síntomas desaparecieron y fueron remitiendo poco a poco. Pudo continuar con esa gran pasión que tantas alegrías nos ha brindado, cosechando premios y sobre todo, creando ilusiones. Tanto es así, que en otoño de ese mismo año, alcanzó la cumbre central del Shisha Pangma (8.027 m).



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