REVISTA LÍBERO.- En abril de 2008, Marian Álvarez pedía a gritos en un bar de Medina del Campo que le pusieran “Alec Eiffel”, de los Pixies. Por entonces, acababa de ganar el premio a mejor actriz en el Festival de Locarno con “Lo mejor de mí”, película que en España no tenía ni distribuidora. Yo no lo sabía, por supuesto. No lo sabía prácticamente nadie. Conocíamos a Lola, de ‘Hospital Central’ y poco más. El pincha le ofreció ‘Here comes your man’ pero ella lo rechazó con una mueca.
Me parece un buen resumen de lo que es Marian: una currante sin focos. El gran reconocimiento le llegó con “La herida”, acumulando otros dos premios en festivales de Clase A: San Sebastián y Mar del Plata, algo que dudo que otra actriz española haya conseguido. No hay nada de calculado ni de artificial en su discurso, plagado de carcajadas, anécdotas y algún que otro taco con acento castizo. Quizá como correlato de su perfil bajo mediático, presume de colchonera y hasta Enrique Cerezo la llevó al palco cuando ganó el Goya de 2014. Se siente cómoda en lo pequeño e incómoda en lo grande. Por eso mismo, la llevamos al Matadero de Legazpi, pero nos refugiamos en una mesa a la sombra fuera de la cantina.
¿Te hiciste del Atleti porque te gustaba el fútbol o porque te gustaba el Atleti, sin más?
Porque me gustaban las dos cosas. Es algo genético, hay un cromosoma rojiblanco y de repente te toca ser del Atleti porque naces en una familia del Atleti. A mí el fútbol ya me gustaba mucho de pequeña, lo jugaba en el colegio, pero si además tu padre es del Atleti, tu abuelo es del Atleti, tu hermano es del Atleti… A mi madre cuando le preguntábamos nos decía que era del Benfica, pero yo creo que se lo inventaba (risas).
¿Cuál es el primer recuerdo futbolero que guardas?
Pues mi hermano quería dedicarse al fútbol, de hecho jugaba en la cantera del Atleti cuando se la cargaron.
Igual que Raúl…
Sí, pero mi hermano era mayor que Raúl. Ese es mi primer recuerdo: ir a ver a mi hermano jugar y animarle toda la familia.
¿A ti no te picaba el gusanillo de jugar también?
Pues sí, la verdad. Era muy pequeña, estaba en el cole y nos juntamos un montón de amigas que éramos del Atleti, algo muy raro por entonces porque no ganábamos nada, para escribirle una carta a Jesús Gil pidiendo que hiciera un equipo femenino para poder jugar nosotras. ¡Nos contestó, con el membrete del club y todo! Tengo la carta en algún lado porque como iba a mi nombre, pues me la quedé yo, pero no hubo equipo, claro.
¿Cuál fue tu primer partido en el Calderón?
Uno contra el Logroñés. Tenía una amiga que se llamaba Minerva y era muy del Atleti y su padre era de Logroño, así que fuimos a verlo.
¿Cuántos años tenías?
Pues unos ocho o nueve, aún en los ochenta…
Decías que el Atleti no ganaba mucho pero al menos te acordarás del famoso doblete del 96…
Hombre, me acuerdo de aquello como de una cosa impensable. Luego ya se torció para siempre, ¿no? (risas). Yo estaba en COU y casi todos mis compañeros eran madridistas, así que chinchaba a los chicos que eran del Madrid… aunque siempre lo he hecho, incluso cuando perdíamos, siempre he sido muy guerrera, muy “india”.
Andrés Montes hablaba de la salida de los aficionados del Atleti del Calderón como “el camino de los elefantes” porque iban todos así encorvados y moviendo la cabeza diciendo “este Atleti…”, ¿tú eres de los aficionados fatalistas o te llevas alegrías con facilidad?
No, fatalista no, porque soy de la generación que asumimos que íbamos a perder. Cuando fui socia, en la época de Agüero y Forlán, con que no nos empataran en el último minuto yo ya lo celebraba como si hubiéramos ganado la Champions. Con que eso no pasara, me bastaba.
Bueno, ahí están las dos finales de la Copa de Europa…
Sí, ya lo sé, ya lo sé, no me lo recuerdes… (risas)
Puedes leer el resto de la entrevista en la nueva edición de Líbero. A la venta en kioskos en http://ift.tt/Ricy4C y en los kioskos digitales
iOS iPhone y iPad
Android
from LigaBBVA.com http://ift.tt/1Rfn6Mh
via IFTTT
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire