lundi 31 août 2015

El día que todos recordarán por el fichaje de Rivaldo

REVISTA LÍBERO.- El último día del mercado de fichajes es la quinta temporada de una serie de éxito. El desenlace de todos los dramas e ilusiones de los aficionados y de vez en cuando una bomba final. Durante el día se sucederán los rumores, los representantes consumirán varias baterías de móviles y los pasos perdidos en los despachos harán cuentas sin parar por el miedo a una temporada de fracasos. La máxima expresión de este día de emociones tuvo lugar, salvo que hoy llegue una bomba inesperada, el 15 de agosto de 1997. El Barça fichaba a la estrella del Deportivo de La Coruña, Rivaldo.

“Esperaré hasta el último minuto del día para que venga un jugador”, presionaba Louis Van Gaal a la directiva del FC Barcelona. En juego ponía nada menos que el éxito de toda la temporada. El técnico holandés aseguraba que sin un jugador zurdo no podría aplicar el sistema que había aplicado con éxito en el Ajax. En pleno festivo y mediante un fax, el FC Barcelona abonó en la sede de la Liga de Fútbol Profesional una fotocopia de un talón. Gastaba así la misma cantidad que el Inter de Milán había abonado por Ronaldo.

Rivaldo jugaba la noche anterior la final del Trofeo Teresa Herrera, marcaba un penalti, sonreía. Nada hacía pensar que el jugador que había ilusionado con una temporada impresionante en Riazor iba a abandonar la ciudad. El zurdo, apodado patapalo por su famosa palanca al golpear el balón con potencia, marcó 22 goles esa temporada en Galicia. Impresionó por su rendimiento recién llegado de Brasil.

Era la temporada 97/98, con el cash en plenitud en las arcas deportivas. El Barça fichó ese año sin contención: Anderson, Ciric, Hesp, Dugarry y Reiziger. Eran los últimos coletazos de José Luis Núñez en la presidencia del club. Joan Gaspart preparaba su ascenso y la marcha de Ronaldo había despertado dudas en la gestión. Ronaldo había hecho una temporada soñada y nadie entendía qué había podido ocurrir para que semejante fenómeno se escapase de Barcelona.

La directiva se puso a trabajar para ocupar el hueco y el elegido no era Rivaldo. Steve McManaman, estrella del Liverpool, durmió la noche previa al fichaje de Rivaldo en el Hotel Palace de Barcelona a la espera de firmar su contrato. El FC Barcelona descartó al inglés, tenía otro objetivo en mente. ¿Rivaldo? No, Julen Guerrero. El rumor del fichaje del buque insignia del Athletic Club por el Barça provocó un pequeño seísmo en la ría de Nervión. Después de que Karanka fichara por el Real Madrid ese verano, el presidente del Athletic, José María Arrate, criticó con dureza a Nuñez. En el último minuto, Rivaldo fue el elegido entre las dudas por su indisciplina. Dudas que disipó en varias temporadas maravillosas en Barcelona donde ganó un balón de oro. McManaman volvió a Liverpool resignado: “Me siento muy decepcionado. Barcelona es una ciudad muy bonita”.



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